El primer video muestra el funcionamiento del dispositivo. A menos de 60 km/h, las ruedas traseras giran en sentido inverso a las delanteras, lo que permite maniobras más fáciles para estacionar, menor radio de giro y más precisión en curva, además de una respuesta más rápida del volante porque hay que girar menos el volante para obtener el mismo resultado que con una dirección convencional. No es que las ruedas traseras tengan gran recorrido para los costados, sino que lo máximo son 3,5º (las delanteras alcanzan los 60º). A más de 60 kph, acompañan los movimientos de las delanteras, mejorando la estabilidad del vehículo. Esto ayuda a que en una maniobra veloz o de emergencia, el auto tiene menos posibilidades de ponerse de costado.
Por último: si en una frenada las ruedas de un costado pisan aceite o pierden adherencia, se producirá un pequeño giro en la rueda delantera -casi imperceptible- que el control de estabilidad corrige al doblar las ruedas traseras en forma automática.
El segundo video es la prueba comparativa entre en prototipo, con el Four-wheel active drive chassis y el Laguna convencional. Los encargados del ensayo fueron los pilotos del Renault F1 Heikki Kovalainen y Giancarlo Fisichella, más el tester Nelson Piquet Junior. No es el primer vehículo con este tipo de dirección, aunque sí el primero del Rombo. Vean la diferencia.
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