Poco de C3 y mucho de Picasso

Citroën lanzó un pequeño monovolumen al que denominó C3 Picasso. Del C3 sólo tiene las medidas y el diseño es diferente a toda la gama actual de la marca. La parrilla que caracteriza a los actuales modelos de la marca de las dos V superpuestas, desapareció en esta nueva creación.

El C3 Picasso es un vehículo pequeño, de 4,08 metros de largo, 1,73 de ancho y de gran altura: 1,62m. La trompa es compacta y gracias al ángulo casi recto que forman el techo y la cola, el nuevo monovolumen pequeño de Citroën cuenta con gran espacio interior, su principal virtud.



Los asientos traseros se rebaten en forma independiente y también tienen 150 mm para moverse en forma horizontal, como cualquier butaca delantera (el Renault Twingo fue el innovador en esa aplicación). Además se pueden sacar para formar un espacio plano junto al piso del baúl. También, la butaca del acompañante puede transformarse en bandeja y así cierra el combo de versatilidad por dentro.



Para lograr la visibilidad panorámica del C4 Gran Picasso, el parabrisas está dividido en tres, con parantes finos recubiertos de plástico negro. Una parte central amplia y dos pequeños apéndices en los laterales, evitan un parante ancho que hubiera complicado la vista. Sumado a la altura de los asientos, permite sentir una visión dominadora sobre el camino.



Los motores nafteros incorporan inyección directa de combustible de alta presión. Son dos: uno de 1,4 litros y 95 HP y otro de 1,6 que eroga 160. Los diésel son los conocidos HDI de 1.600 cc, con potencia de 90 o 110 CV.



El diseño se alejó lo más posible de líneas agresivas. La imagen familiar con la que será comercializado, se traduce en la “simpatía” de su estampa. La parte delantera es muy interesante, aunque es demasiado cuadrado visto de costado. Sin embargo, es uno de los mejores diseñados de su segmento, le sobra con respecto a su competencia.